El kumis como lo conocemos, es una deliciosa bebida láctea, que se fermenta y que tuvo posiblemente su origen en las Asia central.
Inicialmente, era fermentada a partir de leche de las yeguas y aunque en esa región se sigue produciendo a partir de equinos, en la mayor parte del mundo se hace con leche de vaca.
La participación de las bacterias y levaduras que se usan para producir la fermentación son diferentes a los de su bebida más cercana “el yogurt”, lo cual le da un sabor y cualidades completamente distintas.
En comparación, la leche de yegua tiene más carga de azúcar que la leche de la vaca, la cual, al fermentarse, produce un grado moderado de alcohol en la bebida, es por ello, que el kumis tradicional de leche de yegua, puede llegar a contener hasta un tres por ciento de alcohol, lo suficiente para producir una ligera borrachera.
En el siglo XIII se describe cómo en Mongolia, el kumis hacía a la gente feliz y borracha: un kumis, tradicional se puede destilar para generar una bebida alcohólica fuerte denominada arkhi.
Antes del siglo XIX, el kumis se popularizó y comercializó en Europa como una bebida de aplicación medicinal en diferentes enfermedades que incluían tuberculosis, bronquitis, catarros y anemias. En Rusia ya se hablaba en ese entonces de una cura o tratamiento de bebida de kumis para lo que los pacientes e infectados, se internaran en clínicas y bebían varias botellas diarias, durante un par de semanas para su recuperación.
El kumis como era de esperarse, se extendió desde Europa hasta los Estados Unidos y muy pronto se hablaría de la bebida como una champaña de leche y como el gran remedio médico de Rusia para tratamiento de enfermedades y de los nervios, naturalmente por ser nutritiva y embriagante a la vez.
Ahora, no por estos hechos históricos vamos a prohibir el kumis a nuestros hijos por el potencial riesgo de crear una generación de infantes embriagados a punta de loncheras, onces y meriendas, el procesamiento moderno para la elaboración del kumis, genera cantidades bastante bajas de alcohol durante la fermentación.